Ser Escuchado
“SER ESCUCHADO ES SER SANADO”
La real academia española dice que escuchar es prestar atención a lo que se oye.
En la caligrafía china la palabra escuchar, se compone de cinco elementos:
- Los oídos,(hay que oír para poder escuchar).
- Los ojos ,(escuchamos con todos los sentidos, no sólo con los oídos).
- Tú.
- Concentración, Atención plena.(escuchar es selectivo y requiere concentrar toda la atención en la persona que está hablando).
- El corazón,(también debemos escuchar los sentimientos subyacentes a las palabras).
La escucha viene del corazón.
El Dr. A.T. Still en su autobiografía decía:
“Sin lugar a dudas el corazón es el Rey y gobernante de todo, es el primero en entrar en el poder y es el último en retirarse”.
El intelecto está en el cerebro, pero la sabiduría está en el corazón.
Se complementan uno al otro y necesitamos a ambos.
Nos hemos olvidado cómo sentir y solo recordamos cómo pensar.
Estamos persiguiendo lo que queremos olvidando lo que necesitamos.
Las dos grandes necesidades básicas del ser humano a nivel emocional son ser escuchado y ser sostenido.
Estos dos pilares fundamentales, permiten a nuestro sistema digerir bien el flujo permanente de experiencias de todo tipo con las cuales nos encontramos en nuestra vida diaria. Esto crea unas condiciones para el buen funcionamiento del sistema inmune(nuestro guardián).
En el trabajo que desarrolla la biodinámica ,una de las herramientas del terapeuta es LA ESCUCHA. Creamos unas circunstancias que son seguras, para hacer precisamente esto: el cliente es sostenido y es escuchado profundamente y de manera incondicional. Así de esta manera es acompañado y se siente capaz de explorar las experiencias no digeridas a nivel MÁS PROFUNDO de lo habitual.
MIKE BOXHALL solía decir, que el viaje que hacemos es el mismo que hacían los héroes de la mitología griega. Es un viaje sensorial al fondo de la cueva , que es el inconsciente en búsqueda del tesoro guardado y protegido por los monstruos que son nuestros miedos y nuestros hábitos.
Podemos encontrar este tesoro y llevarlo a la superficie para compartirlo con los demás . Y este tesoro se llama paz.
Para ser un buen compañero en esta odisea el terapeuta también tiene que comprometerse con este viaje compartido, a un nivel donde no existe patología y que puede llamarse salud.
Posiblemente , todos necesitamos hacerlo.